b) Bacteriófagos de acción lisogénica

Algunos tipos de fagos llamados lisogénicos, tienen un ciclo de multiplicación diferente: el material genético del fago se integra dentro el ADN de la bacteria hospedera, permanece inactivo y se replica inofensivamente junto con el ADN de la bacteria, transmitiéndose a la progenie cada vez que la bacteria se divide. El genoma del virus se mantiene latente en la población de bacterias hospederas. Cuando las bacterias son sometidas a condiciones de estrés el genoma del fago se vuelve activo e inicia un ciclo lítico que terminan con la lisis de las bacterias hospederas. Los fagos lisogénicos no se utilizan como herramientas de control bacteriano.

Las ventajas potenciales del uso de fagos en industria alimentaria están basadas en su elevada especificidad, de manera que se pueden considerar agentes inocuos para los organismos que no son su objetivo. Además, no alteran las propiedades organolépticas de los alimentos, no son corrosivos y son aptos para productos etiquetados como orgánicos o naturales por lo que el uso de bacteriófagos como complemento a las estrategias de control de microorganismos indeseados en los alimentos comienza a ser una realidad a nivel industrial, una vez que sus mecanismos de acción y la tecnología para su obtención y manejo se conocen mejor.